Lejos de ser una muestra de desconfianza o paranoia, existen razones legítimas para que los empleadores implementen esta vigilancia.
El seguimiento de los empleados en el lugar de trabajo ha evolucionado desde sus inicios en 1888 hasta convertirse en una práctica común, con una de cada tres empresas que monitorizan diversas actividades de sus empleados, desde correos electrónicos hasta registros de tiempo y tráfico en línea.
Una de las principales razones para el seguimiento es la protección contra la fuga de información. Según estadísticas recientes, el 89% de las empresas han experimentado fugas de información, lo que ha provocado pérdidas considerables para el 61% de ellas. La vigilancia ayuda a mitigar los riesgos relacionados con la filtración de datos confidenciales, protegiendo los intereses de la empresa.
El seguimiento también puede abordar problemas de productividad. Si un empleado, como una secretaria, pasa su tiempo en redes sociales o un gerente juega al SOLITARIO en lugar de atender a los clientes, estos comportamientos afectan negativamente a los resultados. Se estima que este tipo de ineficiencia puede generar pérdidas promedio de $200 por empleado cada mes. La supervisión puede ayudar a identificar estas ineficiencias y corregirlas antes de que se conviertan en un problema mayor.
El seguimiento de empleados también puede ayudar a identificar a quienes crean un ambiente de trabajo tóxico. Un «elemento destructivo» dentro del equipo puede socavar la moral y la confianza, disminuyendo la productividad general. Detectar este tipo de problemas a tiempo permite a los directivos tomar medidas para mejorar el ambiente laboral.
En un entorno donde la competencia empresarial es cada vez más intensa, optimizar cada aspecto del trabajo se vuelve esencial para mantenerse a la cabeza. El seguimiento no debe verse como una medida para controlar a todo el equipo, sino más bien como una herramienta para identificar a las personas que han perdido la confianza de la organización.
En lugar de un enfoque indiscriminado, la mayoría de las empresas implementan la vigilancia de manera selectiva, enfocándose en áreas clave o en empleados específicos. Esto permite obtener información crítica para optimizar los procesos laborales, mejorando la eficiencia y asegurando que los empleados se centren en las tareas que generan valor para la empresa.
En resumen, el seguimiento de los empleados en el lugar de trabajo es una medida estratégica que, cuando se implementa de manera adecuada, protege los activos de la empresa, mejora la productividad y ayuda a mantener una ventaja competitiva.
El derecho del empleador a monitorear a sus empleados plantea importantes preguntas sobre la privacidad en el lugar de trabajo. Aunque la ley garantiza el derecho a la privacidad, el uso de herramientas de monitoreo en el contexto laboral crea una situación diferente.
Técnicamente, cuando un empleado está en su jornada laboral, el empleador tiene derecho a supervisar el uso del tiempo de trabajo. En este sentido, se considera que el tiempo personal del empleado se convierte en tiempo laboral, lo que permite al empleador monitorear las actividades realizadas en el contexto de sus funciones laborales. Esto incluye el tráfico de datos corporativos, correos electrónicos y el uso de herramientas en el lugar de trabajo.
Cualquier comunicación o actividad que pase por las redes corporativas, ya sea a través de mensajeros corporativos o incluso servicios externos, pertenece a la empresa. Como resultado, el empleador tiene derecho a supervisar esta información, ya que está directamente vinculada a las operaciones comerciales. Es decir, el tráfico corporativo no pertenece al empleado, sino a la empresa.
La supervisión del uso de los dispositivos de la empresa y la actividad de los empleados en el lugar de trabajo es perfectamente legal, siempre que se realice dentro del tiempo laboral y con el propósito de mejorar la eficiencia y proteger los intereses de la empresa. Sin embargo, cuando la supervisión se extiende fuera del horario laboral o hacia la vida personal del empleado, como la vigilancia fuera del trabajo, esto puede constituir una violación de la privacidad y está penado por la ley.
Desde una perspectiva ética, es importante que las empresas eviten un monitoreo excesivo que genere niveles elevados de estrés entre los empleados o afecte la moral. Un monitoreo constante puede ser contraproducente, ya que los empleados pueden sentirse bajo presión, lo que los llevaría a considerar cambiar de lugar de trabajo. Además, las actividades creativas no se pueden medir simplemente con rastreadores de tiempo, y el monitoreo de la productividad debe ser equilibrado y justificado.
Es importante señalar que el monitoreo en el lugar de trabajo no siempre tiene un impacto negativo en los empleados. De hecho, en muchos casos, el uso adecuado de las herramientas de monitoreo puede beneficiar a los empleados, por ejemplo:
En conclusión, mientras que el monitoreo de empleados está respaldado por la ley y puede ser útil para optimizar el trabajo, es importante que las empresas lo implementen con responsabilidad, asegurando un equilibrio entre la supervisión y el respeto a la privacidad del trabajador.
Existen diversos métodos para llevar a cabo el seguimiento de empleados, especialmente con la ayuda de software de monitoreo. Uno de los primeros métodos utilizados para este fin es el software de acceso remoto, que permite a los empleadores observar y acceder a los ordenadores de los empleados de manera remota. Aquí te presentamos algunos de los programas más utilizados y sus características:
Los programas de acceso remoto, como TeamViewer, fueron de los primeros en utilizarse para monitorear empleados y subcontratados. Estos programas no solo permiten la vigilancia, sino que también tienen funcionalidades básicas para la gestión remota de dispositivos. Con estas herramientas, los empleadores pueden:
Ejemplos de software de acceso remoto incluyen:
Una de las principales desventajas de estos programas es que no funcionan en modo oculto. Esto significa que los empleados siempre sabrán que están siendo supervisados, lo que puede generar incomodidad o incluso afectar la moral. Además, estos programas fueron diseñados principalmente para el soporte técnico remoto, no necesariamente para la vigilancia encubierta de empleados. Por lo tanto, el monitoreo no se realiza de manera discreta, y el empleado puede ver que está siendo observado en tiempo real.
Este tipo de monitoreo no encubierto tiene el propósito de ofrecer un seguimiento abierto y visible, por lo que es útil en escenarios donde la transparencia es clave, como en la resolución de problemas técnicos o el soporte a distancia. Sin embargo, no es adecuado para situaciones en las que el empleador busca supervisar las actividades del empleado sin su conocimiento.
En resumen, el uso de software de acceso remoto sigue siendo un método común para supervisar empleados, especialmente cuando se busca un equilibrio entre la supervisión y la asistencia técnica. Sin embargo, no es una opción para una vigilancia oculta o discreta debido a su naturaleza transparente.
Cuando se busca un método encubierto de vigilancia, los spyware son herramientas mucho más eficaces, ya que los empleados no son conscientes de que están siendo monitoreados, lo que les lleva a comportarse de manera natural y a realizar sus actividades diarias sin restricciones. Por eso, el software espía que opera en modo oculto es considerado más efectivo en el rastreo de las acciones de los empleados.
Uno de los métodos más sencillos y antiguos para la vigilancia encubierta es el registrador de teclas o keylogger, ampliamente utilizado por los administradores de sistemas en pequeñas empresas. Aunque no hay un control directo o supervisión activa de los dispositivos, estos programas ofrecen un rastreo efectivo.
Un keylogger es un tipo de spyware que graba todas las pulsaciones de teclas realizadas en un ordenador. La información recopilada, como lo que un empleado ha escrito durante la jornada laboral, se almacena en un archivo de registro que puede ser revisado por el supervisor. Este software puede ejecutarse en modo oculto, disfrazándose como un proceso del sistema, lo que lo convierte en una herramienta discreta para la vigilancia.
Otro método de monitoreo encubierto es el capturador de pantalla, que funciona de manera similar a los keyloggers pero se centra en registrar visualmente lo que ocurre en el escritorio del ordenador. Estos programas realizan capturas de pantalla o graban vídeos de la actividad del empleado en su dispositivo. Pueden configurarse para activarse a intervalos regulares o en respuesta a acciones específicas, proporcionando al empleador una imagen clara de lo que ocurre en la pantalla del trabajador.
El spyware más avanzado no solo se limita a registrar teclas o capturar pantallas, sino que permite un monitoreo mucho más exhaustivo de las actividades del usuario. Con este tipo de software, es posible:
Algunos ejemplos de spyware avanzado para ordenadores incluyen:
El uso de spyware no se limita a la vigilancia empresarial. Estos programas también se utilizan con fines privados, como el control parental, la supervisión de parejas o el seguimiento de dispositivos personales. No obstante, es importante tener en cuenta que muchos de estos programas son empleados por hackers y ciberdelincuentes para robar contraseñas y obtener información sensible.
A pesar de sus capacidades, los programas espía mencionados tienen una desventaja significativa: no soportan el modo multiusuario. Esto los hace inadecuados para empresas medianas y grandes donde varios empleados pueden estar utilizando un mismo dispositivo o red. En ese caso, las empresas más grandes deben recurrir a soluciones de monitoreo empresarial más sofisticadas y adaptadas a su infraestructura.
En resumen, el uso de spyware para el rastreo encubierto de empleados puede ser una herramienta poderosa, pero debe manejarse con cuidado, tanto desde una perspectiva legal como ética, para evitar el abuso y mantener la moral de los empleados.
Los sistemas de monitoreo de empleados han avanzado más allá del simple rastreo de ordenadores remotos. Ahora se trata de una supervisión integral que abarca a todos los miembros del equipo, desde gerentes y diseñadores hasta secretarios y personal de seguridad de la información. Las capacidades de estas soluciones son sumamente variadas, por lo que es útil analizarlas en un caso práctico.
Uno de los desarrollos más destacados es INSIDER, una plataforma diseñada sobre la base de años de experiencia global. INSIDER incorpora una serie de características únicas que lo posicionan como una herramienta sin análogos directos en el mercado. El software ofrece un control completo de las horas de trabajo de los empleados, incluidos aquellos que trabajan de manera remota o como freelancers.
Esta herramienta es ideal para empresas que buscan optimizar el rendimiento de sus equipos, garantizar la productividad y prevenir la pérdida de información, ofreciendo una visión clara y detallada del comportamiento de los empleados durante su jornada laboral.
El spyware puede ser útil en muchas funciones, pero no tiene la capacidad para realizar un análisis profundo del tráfico en busca de fugas de información. Aquí es donde entran en juego los sistemas DLP.
DLP, que significa Data Leak Prevention (Prevención de fugas de datos), son soluciones avanzadas y costosas que actúan como los gigantes de la seguridad informática. Aunque algunos pueden incluir funciones básicas como el control de tiempo en el ordenador, su objetivo principal no es monitorear actividades específicas, sino realizar un análisis exhaustivo del flujo de información para detectar fugas de datos confidenciales.
Entre los principales desarrolladores de sistemas DLP a nivel mundial se encuentran Symantec, Verdasys, y Websense. En Rusia, destacan soluciones como InfoWatch de Kaspersky Lab, SecureTower de Falcongaze, además de IFI Soft y Trafica, siendo utilizadas por grandes empresas y entidades gubernamentales como Gazprombank.
Los sistemas DLP emplean dos métodos principales para analizar datos: el análisis formal y el análisis de contenido. El análisis formal reconoce etiquetas especiales, marcas y funciones hash, mientras que el análisis de contenido monitorea todo el tráfico, tanto interno como externo, pasando los datos a través de varios filtros. La combinación de ambos métodos ofrece un alto nivel de seguridad, aunque no es infalible. Por ello, se recomienda combinar DLP con sistemas de monitoreo de empleados para una protección más completa.
Estos sistemas tienen como objetivo rastrear los movimientos del personal dentro de las instalaciones mediante GPS, ayudando a prevenir accesos no autorizados si los empleados no están debidamente acreditados.
Las balizas GPS también se colocan en vehículos de servicio, lo que permite controlar los desplazamientos de los empleados y evitar el uso indebido de los vehículos de la empresa. Por ejemplo, si un conductor utilizara un vehículo oficial para fines personales durante un viaje de negocios, el sistema lo detectaría y tendría que rendir cuentas.
Estas soluciones de rastreo suelen combinarse con escáneres biométricos o tarjetas de acceso, implementadas en lugares de alta seguridad como bases militares o centrales nucleares. En entornos corporativos más sencillos, se utilizan sistemas como Boss Control, que escanea huellas dactilares para registrar las horas de entrada y salida, y almacena los datos en la nube.
El control de los empleados puede adoptar diversas formas, y existen múltiples programas para monitorear las actividades en las computadoras. La ley permite a los empleadores hacerlo. La decisión de utilizar un spyware gratuito o un avanzado sistema DLP depende de las necesidades y prioridades de cada negocio.